La "tasación" es un procedimiento que suele ser obligatorio por ley estatal o estar contemplado en una póliza de seguro. La tasación es un procedimiento de resolución de conflictos que tiene por objeto proporcionar a las aseguradoras y a los asegurados un método para adjudicar la medición de pérdidas. El proceso se limita a los daños en disputa en reclamos de seguros de primera parte, incluidos, a modo de ejemplo, los daños a bienes inmuebles, bienes muebles y/o del elemento tiempo. La tasación es también un procedimiento que se utiliza en otros tipos de seguros de primera parte, como el automotor, como un método para determinar el costo de reparar y reemplazar los vehículos motorizados.
La única intención y finalidad de la tasación es medir los daños sufridos a raíz de una pérdida y fijar una indemnización para ellos. La tasación suele ser realizada por un panel de tres personas competentes y desinteresadas: un miembro elegido por el asegurado, otro elegido por la(s) aseguradora(s) y un mediador neutral elegido por los tasadores o un tribunal que tiene competencia sobre el asunto. En algunos casos, los tasadores pueden determinar los daños y fijar indemnizaciones sin la intervención de un mediador o sin nombrarlo, pero esto es cada vez menos frecuente. En casos aún menos frecuentes, las partes, de mutuo acuerdo, pueden prescindir del nombramiento de tasadores y pueden acordar que un solo experto determine el monto de la indemnización.
La tasación no siempre lleva a la resolución definitiva de un reclamo; en algunos casos, la tasación será anterior a las determinaciones de cobertura. En estos casos, la tasación suele utilizarse como un método para informar a las partes del valor de sus respectivas posiciones en una disputa por cobertura. Cuando se utiliza de esta manera, los resultados de la tasación establecerán los daños por adelantado a una determinación de cobertura o, más comúnmente, proporcionará a las partes los valores utilizados para mediar las disputas de cobertura.
Las ventajas notables de la tasación frente al litigio son la rapidez, el menor costo y el carácter definitivo. Sin embargo, el proceso de tasación es frecuentemente criticado debido a los laudos impredecibles que no ayudan a resolver el reclamo en disputa y, en algunos casos, pueden llevar a un litigio más prolongado.
La finalidad de este documento es proporcionar a las partes interesadas pautas para producir laudos útiles y no ambiguos respecto del monto (o los montos) de las pérdidas. Independientemente de la magnitud o la complejidad del objeto de la disputa, el proceso de tasación siempre debe abordarse de forma cuidadosa. Es crucial que la tasación de la pérdida en disputa sea comunicada de forma clara e inequívoca a los tasadores y al mediador (el panel de valoración) que decidirán sobre el problema, y que esta sea comprendida por ellos. Es igualmente imperativo que el laudo de la tasación se informe de tal manera que resuelva definitivamente las disputas de valoración.
Las leyes y normas que rigen la tasación pueden variar según la jurisdicción y no se abordan en el presente artículo. Los asuntos relacionados con la puntualidad o ejecución de una tasación, la imparcialidad de un tasador o mediador, los procedimientos para llevar a cabo la tasación, la información o ejecución de un laudo, etc., deberán ser revisados por un asesor cuando sea apropiado. El objetivo de este artículo es brindarles a las partes del proceso de tasación una perspectiva general de las cuestiones por considerar.
El objetivo del proceso es producir resultados útiles que resuelvan definitivamente las disputas respecto del valor de una pérdida.
Las cláusulas de tasación existen en las pólizas de seguros de propiedad desde hace casi un siglo y, en su mayoría, no han cambiado con el tiempo. [1] La Póliza Estándar de Seguro de Incendios de NY de 1943 contiene la siguiente disposición sobre tasación:
"En el caso de que el asegurado y esta Compañía no lleguen a un acuerdo con respecto al valor efectivo real o al monto de la pérdida, entonces, en la demanda escrita de cualquiera de ellos, cada uno deberá seleccionar un tasador competente y desinteresado, y notificar a la otra parte del tasador seleccionado dentro de los veinte días de dicha demanda. Los tasadores primero elegirán a un mediador competente y desinteresado; y en caso de que no llegaran a un acuerdo al respecto en el plazo de quince días, entonces, a pedido del asegurado o de esta Compañía, dicho mediador será elegido por el juez de un tribunal de registro del estado en el cual esté ubicada la propiedad objeto de la cobertura. Los tasadores luego deberán valuar la pérdida, desglosando el valor efectivo real y la pérdida correspondientes a cada artículo; en caso de no llegar a un acuerdo, deberán presentar sus diferentes opiniones únicamente al mediador. Un laudo por escrito, así desglosado, de dos cualesquiera cuando se presenta con esta Compañía determinará el monto del valor efectivo real y la pérdida. Cada tasador recibirá el pago de la parte que lo seleccionó, y a los gastos de la tasación y del mediador los pagarán las partes por igual".
El objeto de la disposición sobre tasación es proporcionar un procedimiento formal para adjudicar la medición de daños de a raíz de una pérdida. En general, las disposiciones sobre tasación establecen lo siguiente:
Si bien las cláusulas de tasación de las pólizas de seguro presentan un procedimiento para adjudicar la medición de una pérdida, las pólizas por lo general contienen poca o ninguna orientación adicional respecto de cómo y qué tasar. Asimismo, no incluyen instrucciones por medio de las cuales los valores en disputa serán informados a las partes. Por lo general no hay otra guía práctica sobre cómo tasar una pérdida en disputa en la póliza de seguro. Entonces, le corresponde a las partes, o bien, en caso de existir un litigio, al tribunal resolver estas cuestiones.
Dado que la tasación proporciona un método para fijar una indemnización en un reclamo de seguros en disputa, se deduce naturalmente que el alcance de la tasación debe limitarse a los elementos específicos del reclamo que fueron disputados y dieron lugar a la demanda de tasación. Aunque en general esto se entiende y se acepta, cada vez se abusa más del proceso hasta el punto de que el alcance del reclamo puede ampliarse en el proceso de tasación.
Las tasaciones en ocasiones pueden incluir indemnizaciones para categorías de reclamos que nunca se articularon, investigaron y ajustaron antes de una demanda de tasación. Considere, por ejemplo, una pérdida de edificio en disputa, en la que una de las partes demanda la tasación y la posterior indemnización incluye montos por pérdidas del edificio, bienes muebles e interrupción del negocio. Se trata de un uso inadecuado de la tasación, ya que la aseguradora se ve perjudicada por la imposibilidad de investigar y medir los reclamos recién articulados de una manera convencional. Las nuevas categorías de reclamos presentadas por primera vez en el proceso de tasación no pueden considerarse "en disputa", ya que no se articularon antes de la tasación. Por este motivo, las partes que aceptan tasar los reclamos en disputa deben limitar el proceso exclusivamente a las categorías de reclamos presentadas e investigadas durante el ajuste del reclamo.
El primer paso en cualquier tasación es determinar el alcance de lo que se tasa. Dado que los tasadores y el mediador no pueden determinar la cobertura, los métodos de valoración y otros elementos que, en caso de conflicto, requerirán un litigio para resolverse, corresponde a las partes identificar no solo los valores en disputa que se solicitan, sino también cualquier otra cuestión que pueda afectar el resultado de la tasación. Por lo tanto, se recomienda que las partes (o un tribunal con competencia sobre la tasación) documenten el alcance de la tasación, ya sea en un acuerdo o una orden, que pueda eliminar cualquier ambigüedad en las disputas de valoración específicas objeto de la tasación.
Determinadas cuestiones por lo general requieren aclaración para que el tasador y el mediador den un laudo no ambiguo. Como mínimo, un acuerdo u orden de tasación debe incluir:
Las partes también deben conocer las reglamentaciones locales que pueden afectar la tasación. Por ejemplo, algunos estados tienen requisitos de residencia u otros requisitos que pueden limitar quién puede participar como tasador o mediador.
Antes de solicitar la tasación, se advierte a las partes que determinen si se ha llegado a un impasse y si la tasación es un método apropiado para resolver definitivamente la(s) disputa(s). Es una buena práctica que ambas partes revisen sus respectivas posiciones antes de presentar o responder a una demanda.
Dado que generalmente se asume que si las partes han llegado a un
Como mínimo, una demanda de tasación debe incluir, por lo menos, lo siguiente:
Las respuestas a las demandas de tasación deben incluir lo siguiente:
Cuando corresponda, también se recomienda que las partes lleguen a acuerdos sobre puntos concretos del reclamo y que limiten la tasación exclusivamente a los ámbitos en los que existen diferencias. Por ejemplo, imagine que el asegurado hace un reclamo por un incendio en una tienda de comestibles asegurada. La aseguradora emite una póliza que cubre el edificio, el contenido, las existencias y la interrupción del negocio. Se acuerda la pérdida del contenido y de las existencias, pero se discute la pérdida del edificio (incluidas las mejoras del código, la demolición y la remoción de escombros, que están sublimitadas). De igual manera, existe una disputa en torno a la pérdida por interrupción del negocio. La tasación de la póliza para edificios corresponde al costo de reposición, aunque en caso de que no se efectúe su reposición, la medida utilizada es el valor efectivo real. En este caso, la parte que hace la demanda debe indicar claramente que la tasación se demanda para determinar los reclamos en disputa, únicamente, sin incluir la pérdida de contenidos y existencias. La tasación debe limitarse a la pérdida del costo de reposición y del valor efectivo real del edificio, la pérdida del monto por actualización del código, la pérdida por demolición y remoción de escombros, y la pérdida del monto por interrupción del negocio. Al hacerlo, no habría ambigüedad sobre las cuestiones de valoración que se presentan al panel de tasación. Hacer una demanda clara permitirá que la parte contraria entienda el alcance de la tasación sin ambigüedad, lo cual aumentará la probabilidad de firmar un acuerdo de tasación por escrito.
En muchos casos, y dependiendo de la jurisdicción, puede cuestionarse la oportunidad de una demanda de tasación. Tal vez, el mejor ejemplo de esto sea S.R. International Business Insurance Company contra World Trade Center Properties (el litigio del 9/11 del World Trade Center). [4] En este asunto, Allianz Global Risks, una de las casi dos decenas de aseguradoras del mercado que combinaban la cobertura en el World Trade Center antes del 9/11, presentó una demanda de tasación después de que el litigio ya hubiera comenzado y después de que el asegurado presentara una prueba inicial de la pérdida, pero antes de que las aseguradoras hubieran completado su cálculo del monto de la pérdida. Antes del 9/11, aunque aún no se había concretado un acuerdo entre las partes respecto del lenguaje de la póliza, Allianz era la única aseguradora que emitió una póliza, la cual, entre otras cosas, incluía una cláusula de tasación. El asegurado se opuso a la demanda de Allianz alegando (entre otros argumentos) que la tasación era prematura porque si bien el asunto ya estaba en litigio respecto de cuestiones de cobertura, no habían tenido lugar negociaciones entre las partes respecto de las cuestiones de pérdida de costo de reposición, pérdida de valor efectivo real o pérdida de ingresos por alquileres y, por lo tanto, no estaba claro si existía siquiera una disputa. Con posterioridad, el Tribunal de Distrito Federal se pronunció a favor de Allianz y ordenó la tasación por ser adecuada y oportuna. [5] Se observa, sin embargo, que la cuestión de oportunidad de la demanda o respuesta puede variar según la jurisdicción.
Dejando a un lado la cuestión de la oportunidad de la demanda, el hecho de que las partes no especifiquen las mediciones de pérdidas requeridas que se pretenden en la tasación puede dar lugar a indemnizaciones defectuosas que requieran una negociación posterior a la tasación o incluso un litigio, lo cual es evitable en muchos casos. Por ejemplo, en un caso de Nueva Jersey en la década de 1990, un asegurado exigió una tasación de una pérdida controversial por incendio de una estructura residencial de seis familias. Las partes luego celebraron un memorando de tasación que contenía información limitada, salvo por la ubicación, la fecha y el tipo de pérdida, además de la identidad de los tasadores. Los tasadores rápidamente aceptaron la intervención de un mediador y determinaron el "monto de la pérdida" de manera oportuna. Después de recibir la adjudicación del "costo de reposición", el ajustador de la compañía de seguros intentó unilateralmente determinar el valor efectivo real para determinar la pérdida no objeto de disputa. Sin embargo, el asegurado no estuvo de acuerdo con la valoración y demandó a la aseguradora. Varios años más tarde, el tribunal ordenó una segunda tasación [6] para determinar la pérdida del costo de reposición y del valor efectivo real, dada la condición de la propiedad como existía en ese momento. Además, el tribunal ordenó que la pérdida sea tasada por el panel en el costo "actual" en lugar del costo de la fecha y hora de la pérdida. El edificio, que había permanecido sin reparar durante cuatro años, se había deteriorado hasta el punto de ser prácticamente una pérdida total. Finalmente, el nuevo panel adjudicó una compensación por una suma de casi $500,000 más que la tasación original. Este ejemplo simple ilustra que un acuerdo de tasación sin ambigüedades proporcionará a las partes las mediciones en disputa necesarias de las categorías de pérdidas necesarias para resolver definitivamente el reclamo. Esto habría eliminado la necesidad de tener dos tasaciones durante el transcurso de varios años, a un costo mucho mayor para las partes, lo que se traduce en mayores costos de indemnización para la aseguradora.
Lo ideal es que el tasador designado por la parte sea razonablemente experto en las determinaciones de pérdidas que son objeto de tasación.
Una vez que se considera una demanda de tasación, la elección del tasador de la parte debería ponderarse seriamente en función de los siguientes criterios:
De los tres criterios indicados anteriormente, quizás el más importante sea la capacidad de un tasador de comprender el proceso y atravesarlo de forma eficaz. En muchos casos, un tasador con experiencia que realiza una revisión de los elementos en disputa puede destacar áreas que requerirán especificidad o definición en un acuerdo de tasación. En estos casos, esto puede ayudar a evitar disputas o litigios posteriores a la tasación.
En algunos casos, los elementos discretos que requieren valoración en la tasación pueden dar lugar a que haya "paneles" o tasadores separados. En asuntos grandes y complejos, las cuestiones pueden ser tan variadas que se recomienda tener tasadores separados para determinar los elementos de valoración discretos de una pérdida. Por ejemplo, la sede estadounidense de un gran banco internacional fue destruida el 9/11. Las disputas involucraron reclamos por más de 1.000 millones de dólares, que incluyeron, entre otras cosas:
En este caso, el asegurado designó a un abogado como su tasador, pero las aseguradoras eligieron designar a un experto en daños edilicios, un experto en comercio y un abogado de bienes raíces como miembros del panel de tasación separado para que "tasaran" estas disputas de reclamos complejos y variados. Se nombró como mediador único a un juez retirado de un tribunal federal de distrito, y la tasación se llevó a cabo con éxito durante más de dos años, en los que se fijaron indemnizaciones de forma continua, y finalmente se ayudó a las partes a mediar con éxito y concluir todos los reclamos restantes sin un litigio prolongado. [7]
Un mediador calificado puede ayudar a garantizar un proceso sin inconvenientes y eficiente, y un resultado justo y oportuno. Los mediadores deben ser imparciales y divulgar cualquier posible conflicto. [8] Idealmente, el mediador debe ser competente en las cuestiones de valoración objeto de la disputa. Contar con un mediador experto en la materia rara vez dará lugar a un laudo injusto.
A menudo, la acritud entre asegurados y aseguradoras antes de la tasación puede dar lugar a la incapacidad de llegar a un acuerdo mutuo sobre un mediador. Por lo tanto, no es poco frecuente que se deba peticionar ante un tribunal para que se designe a un mediador. Sin embargo, muchas veces esto puede dar lugar a la designación de un mediador que no tiene ni experiencia en el proceso de valoración ni competencia en los litigios de valoración que decide el panel. Si los tasadores no pueden llegar a un acuerdo sobre el mediador, es imperativo que las partes peticionen juntas ante un tribunal para que designe al mediador. Los casos en que una u otra parte solicita unilateralmente y sin previo aviso la designación de un mediador pueden dar lugar a laudos impugnados y a litigios posteriores a la tasación.
Es conveniente que el mediador sea designado lo antes posible tras el inicio de la tasación. Esperar a determinar si los tasadores discrepan sobre las valoraciones a adjudicar antes de designar un mediador no es una buena práctica y puede resultar inútil por varias razones. Habitualmente, la mejor oportunidad que tienen los tasadores de elegir al mediador de mutuo acuerdo se presenta al comienzo de la tasación. Si los tasadores están en desacuerdo sobre los valores de las pérdidas en disputa, es muy poco probable que se pongan de acuerdo en cuanto a la elección de un mediador.
En casos grandes y complejos, posponer la elección del mediador también puede dar lugar a una demora o a gastos adicionales para completar la tasación.
Quizás la razón más importante para elegir a un mediador al comienzo de la tasación sea que un mediador experimentado y eficaz puede ayudar a los tasadores a negociar el proceso, dirigiéndolos (y a veces a las partes también) hacia un consenso respecto del proceso y otras cuestiones. Esto a veces puede tener la ventaja de acelerar el proceso de tasación y puede ayudar a resolver definitivamente los reclamos, incluso cuando haya disputas por cobertura. [9]
En asuntos no complejos, la elección del mediador puede ser tan sencilla como una discusión entre dos tasadores que se presentan nombres el uno al otro. [10] En los casos en que los tasadores se conocen o han participado anteriormente en el mismo panel de tasación, la elección de un mediador no suele generar conflictos.
Se recomienda lo siguiente para el proceso de elección del mediador:
En asuntos grandes y complejos, la selección del mediador puede ser una tarea que consume mucho tiempo y se examina minuciosamente. En general, para seleccionar un mediador deberán considerarse los siguientes lineamientos:
Aquí se ha señalado la importancia de formular demandas de tasación sin ambigüedades. A continuación, se explica brevemente cómo interpretar un acuerdo para valuar elementos en disputa de una pérdida.
El alcance de la cobertura y la tasación se determina en primera instancia según el texto de la póliza correspondiente. En caso de que la póliza no contenga ninguna estipulación al respecto (como es el caso de la mayoría de las pólizas), los valores que se pueden determinar en una tasación de una pérdida de propiedad de primera parte son habitualmente los enunciados en la siguiente lista, sin carácter taxativo:
Después de que se haya realizado una demanda de tasación, se recomienda que las partes firmen un acuerdo escrito para evaluar la pérdida. Esto puede ocurrir después de una demanda, o bien, en algunos casos, después de que las partes hayan nombrado a sus tasadores, independientemente de que el mediador ya haya sido elegido. Si hay ambigüedad sobre el alcance de la tasación, es esencial llegar a un acuerdo, por escrito, sobre qué valores disputados deberán ser estimados por el panel de tasación, además de otros asuntos que sean pertinentes para la tasación. Como se ha indicado anteriormente, es probable que ni la póliza de seguros ni la jurisprudencia proporcionen orientación en esta área.
Los asuntos complejos de alto valor que requieren que se adjudiquen numerosos valores por lo general requerirán un acuerdo detallado antes de proceder con la tasación. En estos casos, las partes, ya sea por sus propios medios, con la ayuda de un mediador o según lo ordene un tribunal, deben firmar un protocolo por escrito que tenga el efecto de una "orden". Para que un protocolo de tasación sea útil, se requiere comprender la naturaleza de la disputa con respecto a la pérdida y el valor, así como tener bien en claro cómo debe informar los valores el panel. Como mínimo, el protocolo de tasación para asuntos complejos debe incluir lo siguiente [14]:
En reclamos grandes y complejos, donde hay múltiples aseguradoras con pólizas no concurrentes o múltiples asegurados que tienen intereses asegurables diversos, puede ser necesario un mayor desglose de la indemnización, y esto debería estar claramente articulado en el protocolo.
Debería quedar en claro que cuando existen cuestiones relativas a la cobertura, los sublímites, la división del interés asegurable, etc., se recomienda implementar un protocolo detallado que indique que se ha acordado la valoración. Es de suma importancia que las partes traten de evitar litigios innecesarios luego de una valoración respecto de un laudo que sea ambiguo o no brinde suficiente información para dar por finalizado el reclamo. La obtención de un laudo que no brinda orientación práctica a las partes y no puede usarse como mecanismo para finalizar el reclamo es una utilización impropia del proceso de tasación.
Lo mismo sucede a menudo en los casos en los que existen conflictos respecto de la manera de calcular una tasación particular. Por este motivo, incluir definiciones (si se acuerdan) en el acuerdo de tasación puede ser útil para el panel. Cuando las partes no logran llegar a un acuerdo respecto de la metodología y cobertura en disputa, es posible que se requiera la orientación de un tribunal para que el panel pueda determinar el monto a conceder. Debido a que el panel de tasación no puede interpretar el significado del contrato de seguro o definir los términos de tasación en un laudo, el proceso de tasación divide esencialmente las disputas de daños y responsabilidad en aquellos casos en que también se disputan los métodos de cobertura o tasación.
Las disputas de cobertura o definición solo se pueden resolver de tres formas:
Aquí no hay orientación práctica respecto del momento óptimo para resolver estas cuestiones, aunque debe destacarse que en algunos casos, las disputas de cobertura o definición no pueden identificarse antes de la tasación y, por lo tanto, no pueden resolverse hasta después de que haya comenzado la tasación.
En general, las disputas que incluyen una metodología de valoración (cuando se identifique) deben ser resueltas por un tribunal antes de la tasación o durante su transcurso. En la mayoría de los casos, estos temas específicos probablemente aparezcan antes de la tasación, ya que suelen constituir el núcleo de las diferencias que condujeron a la disputa. Lamentablemente, a veces las partes proceden a la tasación sin impartir instrucciones claras e inequívocas al panel de tasación acerca de la definición de los valores que pretenden.
Si estas disputas no se deciden antes o durante la tasación, la única otra alternativa es que el panel determine los valores en cada uno de los métodos disputados, lo que dará la ventaja de proporcionar a las partes un menú de indemnizaciones "a la carta" para aplicar una vez que se determine la cobertura. En casos grandes y complejos, esto puede ser poco práctico, ya que podría generar gastos y retrasos innecesarios.
A continuación, se incluye una breve lista de las disputas sobre definiciones más habituales que no puede resolver un panel de valoración:
Para ilustrar las complejidades asociadas con las definiciones de la valoración, durante el reclamo del 9/11 del World Trade Center, surgieron disputas respecto de cómo se calcularían el valor efectivo real y el período de restauración. Dado que la tasación ya estaba en curso, fue necesario que las partes solicitaran orientación del tribunal de distrito federal, que luego decidió estas cuestiones durante la tasación para que los tasadores y el mediador tuvieran un entendimiento claro de los criterios que podían usar para decidir estas categorías de pérdidas en disputa.
Quizás el mejor ejemplo de la necesidad de definir con claridad los términos para el panel de tasación se encuentre en Elberon Bathing Co., Inc. contra Ambassador Insurance Company. Aquí, hubo un desacuerdo en el monto de la pérdida y las partes decidieron resolver la disputa de valoración mediante una tasación. El tasador del asegurado y el mediador designado por el tribunal adjudicaron el costo de reposición, aunque la medida de pérdida requerida era el valor efectivo real. El tasador de la aseguradora se negó a firmar el laudo. Finalmente el laudo fue revocado, ya que Nueva Jersey sigue la regla de evidencia general para determinar el valor efectivo real, y el laudo del panel se basó en un método diferente. Esto es un ejemplo claro de que incluso en los casos en los que no exista ambigüedad respecto del alcance de la tasación, es posible que se requieran las definiciones adecuadas o fallos judiciales para que el panel pueda tasar adecuadamente una pérdida.
En ciertos casos, los mediadores incurrirán en gastos por una variedad de motivos, pero por lo general es para solicitar orientación de un profesional independiente que pueda ayudarlos a tomar una decisión informada. En algunos casos, un lado o el otro objeta los gastos de retención del mediador para decidir sobre un asunto disputado. La opinión del autor es que, independientemente de cualquier objeción o inquietud, un mediador no debería tener limitaciones a la hora de intentar emitir una decisión justa e imparcial. Debido a que el proceso de tasación está diseñado para generar laudos justos e imparciales, existen casos en los que es posible que un mediador no posea la experiencia directa o específica para determinar qué tasador (o parte) tiene la postura correcta. En estos casos, debe permitirse que el mediador incurra en gastos razonables de asesoramiento y las partes deben, por lo tanto, compartir los gastos.
Por ejemplo, el autor fue seleccionado como mediador en una disputa de valoración por un incendio con pérdida total en una antigua casa de madera. En el momento de la tasación, la casa ya se había reconstruido con un edificio similar pero más grande. Durante la reconstrucción, la municipalidad local ordenó una serie de actualizaciones y requisitos de zonificación costosos que se incluyeron en el reclamo y, en la opinión del tasador del asegurado, deberían haberse incluido en el laudo. Las partes acordaron la aplicación de las leyes y ordenanzas locales (actualizaciones de código) como un asunto que decidiría el panel de tasación. El tasador de la aseguradora argumentó que las actualizaciones del código no habrían sido necesarias si el hogar se hubiese reconstruido exactamente como estaba antes del incendio con pérdida total. Para determinar la valoración adecuada, el autor primero intentó determinar si la casa podría haberse reemplazado "tal como estaba" y luego contrató a un experto para determinar qué actualizaciones de códigos se habrían requerido si la propiedad se hubiera reemplazado lo más parecida posible a la casa que se había destruido. Las partes compartieron los honorarios de expertos de manera equitativa en el entendimiento de que esta información era necesaria para que el mediador emitiera un laudo imparcial, y las partes estuvieron satisfechas con el resultado tras la tasación.
En casos excepcionales, los tasadores y mediadores serán incapaces de producir un laudo sobre una pérdida o artículo disputado. Esto puede ocurrir cuando hay una cuestión de fraude, una representación falsa o mala fe en el reclamo subyacente. En dicho caso, puede ser difícil para los miembros del panel determinar los hechos y/o circunstancias que permitirán dictar un laudo claro, informado e imparcial. En los casos en que se presume fraude o incendio intencional, en general se aconseja a las partes no solicitar una tasación ni aceptar una tasación.
Aunque el proceso de tasación es una herramienta útil para resolver disputas relativas a la pérdida y el valor, es absolutamente necesario abordar el proceso de forma reflexiva. Para evitar confusiones, litigios posteriores a la tasación y la posibilidad de un laudo incompleto o de escasa utilidad práctica para las partes, se exhorta tanto a los asegurados como a las aseguradoras a clarificar la disputa y llegar a un acuerdo sobre el alcance del proceso de tasación. El uso de acuerdos claros, concisos y completos para tasar cualquier pérdida es un elemento clave para asegurar la resolución definitiva de cualquier reclamo.
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Jonathon C. Held es el director ejecutivo de J.S. Held, LLC, una compañía de consultoría con más de 1,500 profesionales en cinco continentes. Durante sus más de 45 años en la empresa, Held ha sido responsable del crecimiento de la firma, que pasó de tener dos empleados a ser una compañía de consultoría multidisciplinaria con alcance internacional. Held se ha desempeñado como consultor y experto en numerosos casos de alto perfil y valor durante su carrera, incluidas muchas de las reclamaciones de propiedades de mayor valor de la historia. Ha estado a cargo de asignaciones en los 50 estados de los EE. UU., en más de 20 países y en los cinco continentes. Ha sido testigo experto y panelista encargado de resolución de conflictos en numerosos casos en todo Estados Unidos. Held también escribió muchos artículos publicados y fue orador en numerosas conferencias educativas, incluidas (entre otras) PLRB, LEA, ABA, la conferencia de Wind Network, Lloyds Market Association, y la conferencia de Property Insurance Coverage Group en Lloyds.
Puede contactarse con Jonathon enviando un correo electrónico a [email protected] o llamando al +1 516 621 2900.
[1] Algunas aseguradoras han introducido recientemente nuevas cláusulas de tasación ampliadas y/o endosos de tasación en las pólizas de seguro a fin de aclarar tanto la intención como el proceso de tasación, y para evitar los abusos.
[2] En esos casos, en los que las disputas respecto de la cobertura o el método de valoración no se deciden antes de la tasación, se recomienda que la tasación incluya valoraciones para todos los métodos de valoración en disputa.
[3] En numerosos casos, el autor, actuando como tasador, ha ayudado a un cliente a resolver problemas y/o conflictos de reclamos en su totalidad al inicio de la tasación. En ciertos casos, estas disputas han superado los 100 millones de dólares.
[4] El autor fue nombrado como tasador designado por la parte para las aseguradoras que participan en el proceso de tasación.
[5] En su decisión, el juez del tribunal de distrito rechazó el argumento del asegurado de que la demanda era prematura porque las aseguradoras no habían resuelto su medición de daños. El dictamen señalaba que las partes eran muy sofisticadas y que Allianz entendía claramente que los daños eran objeto de disputa.
[6] El autor fue nombrado tasador en la segunda tasación.
[7] El autor fue nombrado como uno de los tres tasadores para las aseguradoras.
[8] Si existen conflictos, deberán ser expuestos y dispensados por todas las partes. Es conveniente que las partes celebren un acuerdo mediante el cual el conflicto por sí mismo no pueda dar lugar a una acción posterior a la valoración para revocar la sentencia. El autor ha sido seleccionado y aceptado por las partes como mediador tras revelar posibles conflictos. Las tasaciones dieron lugar a laudos definitivos sin disputas posteriores a la tasación.
[9] Cuando en las pólizas existen cláusulas ampliadas o endosos de tasación, pueden exigir un acuerdo escrito como requisito previo al inicio de la tasación.
[10] El autor ha tenido éxito en la selección de mediadores en asuntos complejos de alto valor sin un proceso sumamente formalizado.
[11] Varios estados tienen jurisprudencia en la que los tribunales revocaron los laudos de tasación por conflictos de intereses no informados, ya sea en lo que respecta a un mediador o a un tasador.
[12] También puede resultar de utilidad limitar el número de candidatos y acordar que en caso de que los tasadores no puedan seleccionar un mediador de mutuo acuerdo, las partes realizarán una petición conjunta ante un tribunal para nombrar a un mediador de entre los candidatos de la parte (o un finalista para cada parte). En la experiencia del autor, esto con frecuencia puede llevar a la selección de un mediador eficaz.
[13] En el PDF de este artículo se incluye un modelo de acuerdo para la presentación a los tasadores.
[14] En el PDF de este artículo se incluye un modelo de protocolo de tasación en un caso grande y complejo.