La famosa cita de Mahatma Gandhi, "En la Tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos", reflejaba de manera acertada el sentimiento empresarial imperante hace décadas. En aquel momento, la única intención era cumplir los objetivos tradicionales, como aumentar las ventas y los beneficios, cumplir los requisitos reglamentarios y legales y contentar a las partes interesadas internas, sin tener en cuenta los costos ambientales y sociales de esta búsqueda de rentabilidad. Esta mentalidad se reflejaba también en las prácticas de contratación. El resultado fue que los nombramientos más comunes en el alto nivel fueron las de director ejecutivo, director de Finanzas y director de Cumplimiento, entre otros. Sin embargo, el panorama reglamentario en constante evolución y el énfasis en la sostenibilidad, incluidos los componentes de información ambiental, social y de gobernanza (ESG), ha obligado a las empresas a encontrar un equilibrio entre maximizar el valor para los accionistas y minimizar el impacto adverso en los ámbitos "ambiental" y "social", respetando al mismo tiempo la "gobernanza". Como resultado, han surgido nuevos roles y funciones que abordan los requisitos de sostenibilidad, siendo el más destacado el de director de Sostenibilidad o CSO, por sus siglas en inglés.
Antes de profundizar en las funciones y responsabilidades de un CSO, cabe ver la sostenibilidad desde el punto de vista corporativo. En un sentido genérico, la sostenibilidad se refiere a la capacidad de mantener o apoyar un proceso de forma continua a lo largo del tiempo. En el contexto empresarial, la sostenibilidad apunta a evitar el agotamiento de los recursos naturales o físicos y garantizar su disponibilidad a largo plazo. Por este motivo, las corporaciones deben optimizar los recursos naturales para alcanzar sus objetivos financieros a corto y medio plazo y hacer crecer su negocio de forma sostenible a largo plazo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta la perspectiva de Nigel Davies, ejecutivo de la industria cervecera, director general de Maltdoctor Limited y antiguo director técnico y de Sostenibilidad de Muntons Plc. Para Davies, el concepto de sostenibilidad se ha ampliado a lo largo de los años para reflejar cuestiones laborales, ética empresarial, ambiente, salud y seguridad, etc. La sostenibilidad se ha convertido en el principal objetivo de las empresas porque, de forma creciente, los clientes esperan que las empresas inculquen objetivos de sostenibilidad en su visión y muestren su aplicación mediante el desarrollo de productos sostenibles.
Este artículo analiza cómo ha progresado el concepto de sostenibilidad, cómo se ha desarrollado la función de CSO y cómo es probable que aumente su importancia, a medida que las cuestiones relacionadas con los ESG sigan ganando protagonismo.
El término sostenibilidad procede del latín "sustinere", que significa "mantener". Se trata de un concepto antiguo que se remonta a 1713, cuando Hans Carl von Carlowitz, en su obra Sylvicultura Oeconomica, aplicó el concepto a la silvicultura, donde utilizó este término en el sentido de un uso responsable a largo plazo de un recurso natural.
Como ampliación del concepto de sostenibilidad, el término "desarrollo sostenible" se acuñó en 1987 en el Informe Brundtland, publicado por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas. En ese informe, se definía la sostenibilidad como "un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades".Posteriormente, el desarrollo de la sostenibilidad corporativa pasó a entenderse como estrategias empresariales que son sostenibles a nivel ambiental, minimizan el impacto social y apoyan el crecimiento económico. En la actualidad, la sostenibilidad ha cambiado de los principios de "no causar daños significativos" a los de "contribución sustancial", de modo que la sostenibilidad se convierte en una propuesta de valor ambiental y social, al tiempo que mejora los beneficios.
Sin embargo, los ejecutivos de alto nivel del momento carecían de los conocimientos adecuados para lograr ese desarrollo sostenible. Por ello, las empresas asignaron las iniciativas de sostenibilidad a personal específico y crearon de modo gradual nuevos puestos, como el de CSO, para rediseñar las políticas y procedimientos existentes, establecer nuevos marcos, colaborar con expertos en ESG, entre otras estrategias para demostrar su compromiso con la sostenibilidad. Por ejemplo, el nombramiento por parte del gigante químico Dupont de Linda Fisher como su primera directora de Sostenibilidad en 2004 tuvo una amplia difusión, ya que se trataba del primer nombramiento de una directora de Sostenibilidad por parte de una empresa que cotizaba en bolsa. Fisher, antiguo administrador adjunto de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, había ocupado varios puestos directivos clave en la industria y el gobierno mucho antes de incorporarse a DuPont. No obstante, fue este nombramiento, en el que se aprovechó su experiencia en cuestiones ambientales, el que atrajo atención pública, ya que condujo al desarrollo de una función que ha ganado una importante tracción en el mundo empresarial.
Según un artículo publicado por Business Chief, [1] el 4 de junio de 2021, las empresas estadounidenses Fortune 500 contrataron más CSO en 2020 que en los tres años anteriores juntos, y la cantidad de CSO, en las empresas estadounidenses, se elevó de solo 29, en 2011, a 95, en 2020. Estas cifras de crecimiento demuestran el aumento de la importancia de la sostenibilidad para las empresas estadounidenses.
La tendencia no es diferente en Asia, donde la demanda de profesionales de la sostenibilidad ha aumentado drásticamente, debido a la preocupación por el cambio climático y la transición a una economía verde. En un informe de Russell Reynolds Associates [2], publicado como artículo en el Times of India [3] el 4 de mayo de 2022, se indicaba que la función de "responsable de sostenibilidad" es cada vez más amplia y requiere ejecutivos con más experiencia. No obstante, en el artículo también se destacaba la dificultad de encontrar talentos senior que puedan asumir el rol de la sostenibilidad, lo que resulta en una corrección de la compensación de los profesionales de la sostenibilidad del 15 % al 20 % y un aumento de la compensación del 55 % al 60 % para atraer a CSO.
Entonces, ¿qué hace un CSO? La respuesta a esta pregunta parece evolucionar a diario. Con la creciente importancia de este puesto, cada vez se hace más énfasis en las responsabilidades del CSO y en cómo deben estar en sintonía con los cambiantes objetivos de sostenibilidad de una organización. Aunque es difícil definir el conjunto de habilidades y experiencia específicas necesarias para ser un buen CSO, a continuación se indican algunas características y competencias clave mencionadas en un artículo sobre la mano de obra del futuro:
No hace falta decir que esta persona tendrá que reunir diversas competencias, tanto técnicas como interpersonales, que pueden variar en función del sector, el tamaño de la empresa y la fase de crecimiento, entre otros factores. Nuestros intentos de identificar responsabilidades precisas para el CSO nos condujeron a listados de trabajo en portales de contratación y bolsas de trabajo universitarias. Según estas fuentes, las responsabilidades generales incluyen evaluar y analizar las políticas y procesos de la empresa para identificar brechas y sugerir mejoras; organizar sesiones de intercambio de ideas para equilibrar las obligaciones empresariales con el objetivo de respetar, apoyar y mejorar el entorno local y mundial; y evaluar la eficacia de los programas de sostenibilidad, entre otras.
La regla de oro de la orientación ESG, las Normas de Desempeño [4] de la Corporación Financiera Internacional, no exige un CSO. Sin embargo, al afirmar la importancia de gestionar los factores ambientales y sociales, a nivel de proyecto o de toda la empresa, según su Norma de Desempeño 1 sobre "Evaluación y gestión de riesgos e impactos ambientales y sociales", se hace hincapié en el establecimiento de un Sistema de Gestión Ambiental y Social. Este sistema debe constar de una política específica, un mecanismo de identificación y supervisión de riesgos, incluir una disposición para la participación de las partes interesadas y contar con un sistema de respuesta.
Sin embargo, el requisito de "capacidad y competencia organizativa" de la norma vincula todos estos aspectos, destacando que este sistema solo puede ser eficaz si la organización cuenta con el personal adecuado y apropiado de profesionales cualificados. Por lo tanto, para encajar en este grupo de profesionales y liderarlo, el CSO debe tener los conocimientos y habilidades necesarios para conducir a la organización hacia el desarrollo sostenible de forma competente y eficiente. Aunque quizás sea difícil encontrar profesionales que reúnan todas las calificaciones deseadas, incorporar a estas personas es la necesidad del momento, ya que la sostenibilidad ya no es una práctica "preferente" sino "exluyente" del sector.
En última instancia, la principal responsabilidad del CSO, especialmente en las grandes empresas, es implementar y gestionar el programa de sostenibilidad corporativa. Como resultado, el CSO tiene que recibir apoyo en esas iniciativas tanto del director ejecutivo, como subordinado directo, como de la junta directiva, como asesor de confianza. Para impulsar la implementación, el CSO debe tener la capacidad de comunicarse de modo eficaz con todos los niveles de la empresa, lo que evidencia la necesidad de habilidades interpersonales. Desde una perspectiva técnica, el CSO debe poder comprender al personal de apoyo puramente técnico y tener la capacidad de entender la jerga técnica asociada, analizar esa información y reducirla a viñetas comprensibles para el CEO y la junta.
El camino a seguir
El filósofo griego Heráclito dijo la famosa frase: "Lo único que es constante es el cambio", lo que es válido para las iniciativas de sostenibilidad en el mundo empresarial. De repente, ha cobrado importancia, pero ¿ha llegado para quedarse? A pesar de la falta de leyes o regulaciones mundiales que exijan el nombramiento obligatorio de un director de Sostenibilidad, las empresas están reclamando el nombramiento de personas calificadas para la dirección de Sostenibilidad o de Ambiente, entre otros puestos similares, para demostrar su compromiso con la nueva moda corporativa.
Algunos observadores han dudado de la perdurabilidad dle rol, y han planteado dudas sobre si el cargo de CSO se extinguirá, una vez que las organizaciones cumplan sus objetivos de sostenibilidad. No estamos de acuerdo. Según nuestra experiencia combinada, la codicia humana siempre encuentra un vacío legal en los sistemas existentes, lo que exige introducir más correcciones en los modelos actuales. Por lo tanto, mientras las empresas sigan funcionando con el objetivo de obtener ganancias, continuará la lucha entre los intereses de los accionistas y de las partes interesadas. Por consiguientes, las empresas necesitarán la orientación de un CSO para equilibrar dichos intereses y avanzar hacia un crecimiento sostenible y a largo plazo. Aunque es posible que, dada la diversidad de competencias y la gran cantidad de responsabilidades de las que debe ocuparse el CSO, no se cree un puesto aparte de CSO, sino que se dividirán los objetivos de sostenibilidad entre los ejecutivos de alto nivel existentes para lograr el objetivo de desarrollo sostenible.
Sin embargo, los puestos de CSO se crearon porque los ejecutivos existentes de alto nivel no estaban familiarizados con las cuestiones de sostenibilidad. Los CEO más sólidos comprendían muy bien las obligaciones de rentabilidad de las empresas, pero no se centraban tanto en otros factores. Hay que recordar que la sostenibilidad puede describirse fundamentalmente como el modo de mejorar la empresa a través del trato hacia las personas y el planeta, teniendo en cuenta, al mismo tiempo, el objetivo real de la empresa de mantener y, en última instancia, incrementar la rentabilidad. Esos mismos directores ejecutivos sólidos, junto con los directores de Finanzas, se guiaban por los números. No se centran, y quizás no deberían hacerlo, en las personas y el planeta. El rol del CSO es aportar el nivel adecuado de consideración hacia las personas y el planeta en el enfoque tradicional de ganancias de las empresas actuales. Con frecuencia escuchamos que las empresas no tienen moral y que los resultados son la única consideración a tener en cuenta al tomar decisiones. Quizás el rol del CSO sirva de brújula corporativa para lograr la armonía entre las personas y el planeta con la rentabilidad. Se trata de una gran carga que requiere un asesor de verdadera confianza.
Le agradecemos a Abhijit Yadav, Aditya Dhand, Ishita Suchde, y John Peiserich por aportar su conocimiento y experiencia, que fueron de gran ayuda en esta investigación.
Aditya Dhand es director de la oficina de Investigaciones Globales de J.S. Held en el sur de Asia y administra una serie de encargos de mitigación de riesgos y de investigaciones reactivas. Dirige investigaciones, proyectos de análisis y mitigación de riesgos y análisis geopolíticos. También se encarga de racionalizar los procesos y los flujos de trabajo. Como veterano de la Marina india, Aditya también ocupó un puesto sénior en un conglomerado global de comercio electrónico. Tiene amplia experiencia en excelencia operativa, racionalización, investigación de accidentes y mitigación de riesgos. Como aviador naval sénior, planificó y llevó a cabo misiones en todo el mundo, colaborando con 20 armadas extranjeras, incluida la estadounidense y otras de la OTAN. Como investigador formado en accidentes de aviación, ha participado y dirigido investigaciones de accidentes/incidentes que se llevaron a cabo mediante el uso de datos electrónicos, declaraciones de testigos, aspectos médicos y auditorías de brechas en los procesos. También participó en los comités creados para evaluar y mitigar los riesgos de la instalación de nuevos aeródromos militares. Estos riesgos incluyen terrorismo, ambiente, salud y seguridad de la comunidad.
Puede contactarse con Aditya enviando un correo electrónico a [email protected] o llamando al + 91 88790 71568.
John Peiserich es vicepresidente ejecutivo y líder de la práctica de Medioambiente, Salud y Seguridad. Con más de 30 años de experiencia, John ofrece servicios de consultoría y servicios expertos para la industria pesada y estudios de abogados de todo el país, centrándose en el petróleo y el gas, la energía y los servicios públicos. Además, ha actuado como perito en procedimientos de arbitraje y en tribunales estatales y federales. Tiene una vasta experiencia en la evaluación del riesgo asociado a las obligaciones de cumplimiento potenciales y continuas, en el desarrollo de estrategias en torno a esas obligaciones y en la aplicación de una estrategia de cumplimiento centrada en el cliente. El Sr. Peiserich tiene designaciones como monitor independiente a través del Programa de Suspensión e Inhabilitación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Apoya habitualmente a sus clientes en la elaboración de normas y en cuestiones legislativas relacionadas con la energía, el medioambiente, el petróleo y el gas, y otras cuestiones relacionadas.
Puede comunicarse con John escribiendo a [email protected] o llamando al +1 504 360 8373.
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