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Reclamar su privacidad en la era digital

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Introducción

Cuando se imagina a alguien vigilando una casa, se le viene a la cabeza un personaje sospechoso en una camioneta blanca estacionada en la calle. Sin embargo, en el mundo de hoy, que está cada vez más conectado, los malhechores también pueden disfrutar de las ventajas de trabajar desde casa, para lo cual utilizan las redes sociales para estar al tanto de los movimientos, los estilos de vida y los hábitos de sus objetivos. Así lo reflejó un informe de noviembre de 2018 de Los Angeles Times sobre un grupo de ladrones que utilizaban las publicaciones en las redes sociales de los famosos para determinar cuándo sus casas estarían vacías.

En este artículo, explicamos cómo estas amenazas digitales emergentes pueden afectar negativamente la privacidad personal y detallamos algunas medidas que puede tomar para reducir la exposición y el riesgo en Internet.

El arma de doble filo de la digitalización

Los ame o los odie, los recientes avances en tecnología, en comunicación en línea y en la manera en que accedemos a la información plantean un arma de doble filo para los programas de seguridad personal. Si bien los timbres con cámaras y los productos de monitoreo de casas en tiempo real pueden disuadir a los ladrones de paquetes y permitir respuestas rápidas en caso de un incidente en curso, la digitalización de los registros públicos y la exposición que surge de las redes sociales pueden presentar problemas importantes en materia de seguridad.

Los registros de bienes, los registros corporativos y las presentaciones judiciales de dominio público podrían permitir que cualquier persona con una conexión a Internet tenga la posibilidad de acceder a información como su dirección, su fecha de nacimiento, su empleador y las identidades de sus familiares. Si bien en las últimas dos décadas este tesoro oculto de información sensible en gran medida ha dejado de estar en archivos polvorientos para pasar al ciberespacio, a menudo permanece oculto en las profundidades de los anticuados sitios web de los gobiernos de los condados que no se actualizan desde el cambio de siglo. La información está allí, pero para la tranquilidad de muchos, se necesitan cierta habilidad y ciertos conocimientos técnicos para acceder a ella.

Si bien la naturaleza arcaica de los registros públicos proporciona una capa de protección frente a quienes pretenderían abusar de nuestra información personal, las redes sociales son otra historia. Más y más datos se comparten en una cantidad cada vez mayor de plataformas, todas las cuales se han diseñado para facilitar la actividad de compartir ideas e información con una audiencia masiva. Esta información se transmite a una generación de nativos digitales que tienen habilidades para descifrar trozos de información de diferentes rincones de la web, con lo cual se podría revelar mucho más de lo que se tenía pensado en primer lugar.

¿Compartir con prudencia o exponerse en exceso?

Los reels de TikTok e Instagram están llenos de videos publicados por "detectives" en línea que describen alegremente cómo determinaron dónde se tomó una fotografía en función de una señal de tránsito apenas visible en el fondo o la esquina del menú de un restaurante parcialmente oculto. X, la plataforma de redes sociales antes conocida como Twitter, prohibió una cuenta que utilizaba datos públicos para rastrear los movimientos del avión privado de su dueño, Elon Musk. Para ilustrar la naturaleza "para salir del paso" de la aplicación de normas de las redes sociales, el usuario, sin inmutarse, simplemente reanudó la cuenta en Threads, el clon de Twitter recientemente introducido por la empresa matriz de Facebook, Meta. Si bien en algunos casos la proliferación de esta información puede nacer del deseo de transparencia en lugar de una intención de causar daño, es demasiado fácil encontrar ejemplos de personas que han sido objeto de la revelación de su información (doxing) o de campañas de acoso selectivo en plataformas que van desde YouTube a Reddit, a pesar de que estas acciones infringen las normas de las plataformas.

Con la rápida proliferación de los sitios web de redes sociales y la naturaleza siempre cambiante del panorama de estas, puede ser difícil saber hasta qué punto están expuestos usted y su familia. Muy a menudo, hablamos con clientes que suponen incorrectamente que, porque ellos no están en las redes sociales, no tienen nada de qué preocuparse. Uno de nuestros objetivos principales es ayudarlos a entender que las redes sociales son redes de amplio alcance, que incluyen a familiares, socios comerciales, amigos de la escuela, compañeros de golf y una infinidad de otros conocidos. Le guste o no, su presencia en las redes sociales es tan segura como el hilo más débil de esa red.

Si bien las plataformas de redes sociales más establecidas han tomado medidas para proporcionar opciones de mayor seguridad y privacidad, si esas opciones no son utilizadas por todos los que están en su red, no le servirán de mucho. Es posible que usted se haya esmerado en bloquear sus perfiles, pero si sus hijos y sus padres publican constantemente fotos suyas con etiquetas de ubicación en sus propios perfiles, sus diligentes esfuerzos de privacidad son en vano. Y eso por no hablar de las plataformas advenedizas, en las que la configuración de privacidad suele ser mucho más laxa, lo que equivale a un "todo vale" en lo que respecta a la publicación y el uso compartido de información. Hemos visto el ciclo antes: una nueva plataforma de redes sociales irrumpe en escena con escasas o nulas protecciones de la privacidad, se ve presionada para implementar controles más estrictos a medida que el aumento de la popularidad conduce a un mayor escrutinio, solo para verse superada por una nueva plataforma advenediza en la que todo vale. Hacer espuma, enjuagar y repetir. La pregunta no es si este ciclo continuará, sino cuáles serán las plataformas advenedizas y cómo nos adaptaremos a los nuevos desafíos que plantearán.

Más vale prevenir que curar

En última instancia, cuando se trata de proteger la información personal, nuestro mensaje es simple: más vale prevenir que curar. Los ejecutivos y otras personas de alto perfil o con un alto patrimonio deben saber dónde están expuestos sus datos y cómo se puede acceder a ellos, al tiempo que trabajan con ellos para evitar que la nueva información llegue a estar en línea en primer lugar. Los consultores calificados combinarán medidas preventivas con instrucciones paso a paso sobre cómo pueden mitigarse los riesgos asociados con los puntos de exposición existentes.

Algunas de las medidas que pueden tomarse incluyen las siguientes:

  • seguir las mejores prácticas de las redes sociales, incluso revisar periódicamente la configuración de privacidad para garantizar el uso adecuado;
  • eliminar las cuentas de redes sociales que no se usan para reducir la exposición; y
  • familiarizarse con los datos personales que se exponen en registros públicos y tomar medidas para reducir el nuevo intercambio de esta información cuando sea posible.

Conclusión

En esta era digital, donde los sitios web que usan las personas para mantenerse en contacto con amigos y socios comerciales pueden convertirse en un arma contra ellas, incluso los delincuentes más perezosos pueden encontrar su casa sin siquiera dejar la comodidad de la suya. Tomar medidas proactivas para reducir y eliminar sus datos antes de que surja un problema es clave.

Reconocimientos

Le agradecemos a Michelle Willoughby y Ryan Murphy por aportar su conocimiento y experiencia, que fueron de gran ayuda en esta investigación.

Michelle Willoughby es consultora gerente sénior de la práctica de Investigaciones Globales de J.S. Held. Tiene experiencia en los Estados Unidos y Canadá en la dirección y realización de proyectos complejos de debida diligencia, inteligencia empresarial, evaluación de amenazas, rastreo de activos y asistencia en litigios. Trabajó con clientes de diversos sectores, como el financiero, farmacéutico, de los medios de comunicación, tecnológico y jurídico.

Puede contactar a Michelle escribiendo a [email protected] o llamando al +1 817 678 1940.

Ryan Murphy
es director sénior de la práctica de Investigaciones Globales de J.S. Held. Se especializa en recopilar y analizar información pública para respaldar investigaciones de debida diligencia previas a transacciones/asociaciones; ayudar a clientes de bufetes de abogados a rastrear activos para respaldar procesos de arbitraje y legales; liderar programas amplios de evaluación de amenazas y exposición para ejecutivos corporativos y otras personas con un alto patrimonio; y administrar ejercicios de mapeo de partes interesadas para respaldar análisis de entrada a un mercado (o salida de él) y evaluación de amenazas. Ryan Murphy aporta más de 15 años de experiencia como líder en proyectos complejos de inteligencia empresarial, debida diligencia, evaluación de amenazas, inteligencia competitiva y asistencia en litigios en todo el territorio de los EE. UU. y Canadá.

Puede contactar a Ryan escribiendo a [email protected] o llamando al +1 512 615 5463.

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