Se acabaron los días en los que uno se detenía en la gasolinera de la esquina y, luego de pasar por encima de una manguera roja y descolorida, activaba una campana que avisaba al propietario, a quien se le veían los pies por debajo de un vehículo en el garaje, que tenía un cliente en la bomba.
Mientras los números giraban en el surtidor, el señor revisaba el aceite, llenaba los neumáticos con aire y lavaba el parabrisas para obtener un brillo perfecto. Luego uno le daba el dinero en efectivo y partía hacia su próxima aventura.
Las gasolineras de la actualidad cuentan con tiendas, lavaderos de autos y otros servicios modernos (y todo puede tener un impacto único en el negocio de las gasolineras y las pérdidas comerciales relacionadas). Los equipos se han vuelto tan avanzados tecnológicamente que es imperativa una evaluación cuidadosa por parte de profesionales confiables y calificados para todas las pérdidas reclamadas para evitar actualizaciones ocultas, reemplazos innecesarios y posibles fraudes.
"Los equipos de hoy están tan avanzados tecnológicamente que es imperativo realizar una evaluación cuidadosa de todas las pérdidas reclamadas para evitar actualizaciones ocultas, reemplazos innecesarios y posibles fraudes".
La tecnología de las estaciones de combustible está evolucionando rápidamente. Los surtidores de combustible, los sistemas subterráneos de monitoreo de tanques de almacenamiento y los sistemas de puntos de venta están estrechamente integrados y dependen unos de otros para que la gasolinera funcione. Si un componente de un sistema está dañado, la compatibilidad con otros componentes puede verse afectada. Debido a la implementación de características de seguridad complejas y avances tecnológicos, las evaluaciones deben comenzar con la revisión de las cotizaciones para verificar que los equipos de reemplazo sean de igual tipo y calidad y que el reemplazo propuesto no requiera el reemplazo de otros componentes o actualizaciones costosas. La verificación de los precios propuestos ya no es suficiente.
Es imposible refutar un informe policial que diga que un conductor se estrelló contra un surtidor de combustible, o las fotos que muestren los daños o el video de vigilancia de un ladrón que rompe la caja registradora del sistema de punto de venta. Sin embargo, el reemplazo no siempre es la mejor opción. Es imperativo que los modelos, los números de serie, las opciones y las actualizaciones estén bien documentados para los equipos dañados y debe tenerse en cuenta el cumplimiento de las normativas para cada área demográfica antes de tomar una decisión final sobre los equipos y definir los precios de reemplazo.
El propósito de este documento es resumir la historia de la industria petrolera, los equipos de procesamiento de tarjetas de crédito y los avances tecnológicos que deben abordarse para cualquier evaluación de una gasolinera. También se revisará la descripción general de los equipos y los componentes de la gasolinera que se actualizan con frecuencia, pero que deben excluirse de los reclamos. Cada reclamo es único y la información presentada aquí no pretende sustituir la evaluación individual de cada pérdida.
La primera gasolinera de autoservicio abrió en 1947. Veinte años después, solo alrededor del 16 % de las gasolineras eran de autoservicio. A mediados de la década de los 80, la afectación más importante para la industria minorista de abastecimiento de combustible fue la introducción de la tecnología de pago en la bomba (Pay-At-The-Pump) de Dresser Wayne. La tecnología de pago en la bomba requirió una ingeniería significativa para garantizar que los lectores de tarjetas trabajaran con diferentes redes y sistemas de puntos de venta. Si bien el 80 % de las gasolineras eran de autoservicio a fines de los años 80, esas mismas gasolineras recién en 2002 pudieron integrar el servicio de pago en la bomba.
En los últimos 15 años, desde que la tecnología de pago en la bomba se ha vuelto ampliamente disponible, los cambios en la tecnología y la seguridad han sido exponenciales y han aumentado significativamente el costo de los surtidores de combustible. En 2011, el costo minorista promedio de un surtidor nuevo con un lector de tarjetas de crédito era de $11,500. Hoy en día, el costo promedio es de $19,000 sin lectores de tarjetas híbridos y $22,000 con lectores de tarjetas híbridos. Esto refleja un aumento del 60 % en el costo minorista de un único surtidor en solo seis años.
Las cajas registradoras se han convertido en sistemas de punto de venta (POS) y se han vuelto más complejas. Las tiendas pueden almacenar el inventario de productos, las ventas y el inventario de combustible en un único y conveniente sistema de informe. Los códigos de barras y los escáneres son ahora la norma para las compras en la tienda. Los sistemas de POS más nuevos han automatizado completamente la función de pago en la bomba y el tipo de sistema necesario depende de la cantidad de surtidores que hay en la gasolinera.
Los tanques de almacenamiento subterráneos (UST) se hacían originalmente con acero, que es susceptible a la corrosión. Se requiere un sistema de protección catódica (CP) para prevenir la corrosión y la posterior fuga del combustible y la posible contaminación del agua subterránea. En 1988, las regulaciones de la EPA solicitaron a los propietarios ubicar, eliminar, actualizar o reemplazar las UST, y muchas se reemplazaron con materiales resistentes a la corrosión o con tanques de doble pared para evitar fugas. Además de los tanques mismos, las regulaciones de la EPA dieron a las gasolineras tiempo hasta 1998 para la introducción de equipos de prevención de derrames y detección de fugas para sus tanques de almacenamiento subterráneos.
Hay algunas afirmaciones que obviamente deben cuestionarse. Por ejemplo, si un vehículo golpeó un solo surtidor y le produjo daños irreparables, ¿por qué se está cotizando el reemplazo de todos los surtidores? O bien, un ladrón dañó el sistema POS dentro de una tienda, pero la cotización presentada incluye sondas para el sistema de monitoreo del tanque de almacenamiento subterráneo. Otros reclamos presentados pueden no generar ninguna pregunta; sin embargo, si no se conoce la anatomía de una gasolinera, el historial de los equipos, los requisitos normativos y el cumplimiento de la seguridad, puede resultar imposible hacer preguntas para obtener los modelos de reemplazo correctos y los precios precisos.
Muchas de las actualizaciones que vemos están relacionadas con la seguridad de las tarjetas de crédito y débito. El cumplimiento de la tecnología de las tarjetas con chip EPP (Encrypted Pin Pad) y EMV (Europay, MasterCard, Visa) es lo más común y es costoso que las estaciones de servicio lo completen por su cuenta. Las actualizaciones de seguridad se aplican tanto a los sistemas POS como a los surtidores. Los surtidores de pago en la bomba más antiguos, como Gilbarco Advantages y Wayne Vistas, tenían lectores de tarjetas con banda magnética y teclas de función para ingresar códigos PIN. Los lectores se encontraban en la puerta de una sola unidad, lo que permitía que cualquier persona con una clave genérica pudiera acceder al lector. Eran inherentemente propensos a la manipulación. Además, al pagar con una tarjeta de débito en la bomba, las teclas de función utilizadas para ingresar el PIN no estaban suficientemente encriptadas. Los teclados de PIN EPP son ahora el estándar en todas las marcas de nuevos surtidores, entre ellos Gilbarco, Wayne y Bennett. A menos que se compre un surtidor usado o remanufacturado, ya no se consiguen surtidores con teclas de función.
La tecnología EMV, o chip, se inició a mediados de la década de 1990 y se utilizó principalmente en Europa. En los Estados Unidos, hubo un cambio hacia el sistema EMV en el que los emisores de tarjetas bancarias proporcionan tarjetas con chips a sus clientes. La mayoría de los minoristas tuvieron que actualizar su tecnología para utilizar la seguridad del chip antes de octubre de 2015 o, de lo contrario, serían responsables de cargos fraudulentos.
Las gasolineras son particulares en comparación con la mayoría de otros minoristas. No solo los lectores de tarjetas y los teclados de PIN en la caja deben ser compatibles, sino también cada surtidor individual. Los fabricantes de surtidores y sistemas de POS debían pasar por un complejo proceso de certificación para cada dispositivo de EMV antes de su fabricación. Originalmente, a la industria se le dio tiempo hasta octubre de 2017 para implementar los cambios. Esta fecha límite luego se extendió hasta 2020 debido a las dificultades de la implementación; además de esto, Visa extendió la fecha límite hasta abril de 2021. American Express, Discover y Mastercard no han anunciado extensiones hasta la fecha, aunque por lo general siguen a Visa.
Las gasolineras tienen dos opciones. Los nuevos surtidores pueden comprarse con lectores de tarjetas híbridos que leen tanto chips como bandas magnéticas o los surtidores más antiguos se pueden adaptar con equipos compatibles. En muchos casos, también es necesario conectar un nuevo cableado a los surtidores. El sistema de POS también debe actualizarse o reemplazarse con tecnología compatible para que todo el sistema sea seguro. Para una estación con cuatro surtidores y una sola terminal de POS, el costo promedio para actualizar todo es de aproximadamente $147,000.
El costo promedio de la actualización con kits de renovación es de $50,000 a $70,000, dependiendo de la marca del surtidor. A menudo se encuentran propuestas con pantallas actualizadas y paquetes de medios, ya que se requieren con los nuevos requisitos de seguridad de EMV/EPP.
Un surtidor de combustible fue golpeado por un vehículo a una velocidad relativamente alta y el surtidor fue derribado de la isla. El asegurado presentó una propuesta de reemplazo de ambos surtidores en la ubicación de la pérdida y el sistema de POS. El sistema de POS era un VeriFone Ruby Sapphire. El cliente solicitó una revisión para determinar si la propuesta era razonable y el precio era justo, ya que incluía un surtidor y un POS sin daños.
La revisión de las fotografías suministradas mostró un surtidor Schlumberger con daños irreparables. Los surtidores Schlumberger ya no se producen y los surtidores usados o remanufacturados están agotados. Se requería un reemplazo.
La propuesta del asegurado era un surtidor de Wayne Ovation actualmente disponible; sin embargo, era un modelo con más selecciones de grado de las que el asegurado tenía en el surtidor dañado. El consultor obtuvo el precio del surtidor de calidad y tipo más cercanos. Debido a que se utilizan diferentes tecnologías de comunicación entre Schlumberger y Wayne, la única opción para restaurar la gasolinera a la condición previa a la pérdida fue reemplazar ambos surtidores.
El asegurado también presentó una cotización para reemplazar un sistema de POS. El POS no se dañó en la pérdida y la propuesta era para un sistema actualizado que cumpliera con los requisitos de EMV.
Se estableció contacto con el proveedor y se le pidió que cotizara un controlador de Wayne Fusion. Esto permitiría que los nuevos surtidores Ovation trabajaran con el sistema Ruby Sapphire existente, eliminando las actualizaciones, ahorrando más de $10,000.00 en materiales y reduciendo las horas de trabajo para el cableado, la instalación y la programación.
Hemos observado una tendencia singular en los reclamos de gasolineras con respecto al marco de tiempo inmediato anterior a los plazos de EMV (2014/2015 y 2016/2017). Las propuestas enviadas normalmente incluían más actualizaciones de EMV cuando la presión para cumplir era inminente y disminuía cada vez que había una extensión.
Los reclamos de gasolineras revisados desde 2011 hasta 2013 eran principalmente por surtidores dañados por un vehículo o por ladrones que destrozaron los cajones del POS durante un robo. A partir de finales de 2014 y principios de 2015, comenzamos a ver reclamos por equipos dañados por rayos o sobretensión. Comenzó una nueva era para las evaluaciones de gasolineras. Descubrimos rápidamente que los proveedores estaban ofreciendo propuestas para equipos compatibles con EMV en lugar de reemplazos de igual tipo y calidad. Con frecuencia, las reparaciones eran actualizaciones buscando la conformidad o por desgaste, en lugar de reparaciones relacionadas con las pérdidas.
Se necesita una revisión detallada de las fotos y coordinación con las listas de piezas para determinar si los cargos presentados están realmente relacionados con la pérdida. Conocer la anatomía del surtidor de combustible y la integración de los sistemas es imperativo para todas las pérdidas de gasolineras con el fin de evitar el pago excesivo de reclamos, ya que la presión para el cumplimiento obligatorio de EMV está más cerca de convertirse en una realidad.
La siguiente gráfica demuestra la creciente disparidad en los precios de propuestas presentadas con actualizaciones y los precios reales sin actualizaciones.
Desde 2011 hasta 2016, el número medio de evaluaciones de equipos de gasolineras se mantuvo constante para la división de equipos. En 2017, hemos observado un aumento exponencial en las revisiones de reclamos de gasolineras, y la brecha en el precio entre los reemplazos propuestos y los valores de reemplazo reales se ha duplicado de 2016 a 2017. Según los grupos operadores de la industria, Visa ha extendido el plazo hasta abril de 2021. Las extensiones de Mastercard, Amex y Discover todavía no se han anunciado.
Hay algunos casos en los que una actualización es más rentable. Por ejemplo, es probable que las gasolineras con respaldo corporativo reciban descuentos significativos para equipos compatibles con EMV. Los descuentos corporativos pueden reducir el costo de un surtidor mejorado a un precio menor que el costo de un reemplazo del tipo y calidad más cercanos. La evaluación cuidadosa debe garantizar que no estén incluyéndose elementos como el cableado para cumplir con EMV, sino elementos de la pérdida misma.
Las actualizaciones del sistema de POS incluyen agregar terminales, proponer controladores que no son del tipo y calidad más cercanos al sistema dañado y agregar escáneres, pantallas de clientes y pantallas táctiles mejoradas para los registros y las fuentes de alimentación ininterrumpidas. Si la estación obtiene una propuesta para una marca diferente de POS, habrá costos adicionales para garantizar la compatibilidad con los surtidores. Además, si no puede restaurarse a partir de una copia de seguridad, puede haber costos significativos de mano de obra relacionados con la programación y el ingreso de inventario en el nuevo sistema.
Descubrimos que es bastante fácil hacer que parezca que un POS o surtidor se ha dañado debido a una sobretensión, simplemente cambiando las ubicaciones de los puertos en el sistema de POS, lo que simula un problema con los tableros de comunicación. La evaluación realizada por un técnico capacitado en la programación y puesta en marcha de nuevos surtidores es imperativa para determinar si realmente hubo daños por sobretensión.
Un asegurado presentó un reclamo por un sistema de POS dañado por sobretensión después de un rayo. La propuesta era para un sistema de POS VeriFone Dual Terminal Topaz/Commander con todas las opciones posibles por $25,542. El ajustador asignado revisó la pérdida y aceptó el POS y el precio de reemplazo. No se envió a los consultores de J.S. Held para su revisión.
Posteriormente, el asegurado presentó propuestas por daños a ocho surtidores de combustible por un total de $12,726.44 y el reclamo se asignó a un ajustador diferente que nos envió el reclamo para su revisión. Ellos suministraron la cotización de $25,542 para el POS junto con las cotizaciones de las piezas y la mano de obra necesarias para reparar el surtidor. Revisamos las partes de la propuesta y contactamos al proveedor para determinar si estaban relacionadas con un problema de compatibilidad con el nuevo sistema de POS.
Descubrimos que el sistema de POS para el cual ya se había realizado el pago era una actualización significativa de su POS de Ruby Sapphire de terminal única de VeriFone anterior. El reemplazo correcto habría sido un sistema de POS Ruby Ci con una terminal en lugar de dos y un costo de aproximadamente $14,000. El proveedor también declaró que el asegurado compró un POS de Gilbarco Passport que no se integró tan fácilmente con los surtidores Wayne, en lugar del VeriFone para el cual había presentado la propuesta.
Las fotos provistas no sustentaban los daños indicados, particularmente con las impresoras y pantallas de recibos. El técnico no pudo diferenciar entre el daño por sobretensión, la compatibilidad con POS y el desgaste relacionado con la antigüedad, lo cual es una señal de alerta para nuestras evaluaciones.
Hablamos con el soporte técnico de Dresser Wayne para determinar la mejor manera de evaluar el surtidor para detectar daños por sobretensión y compatibilidad con el sistema de POS.
Luego debatimos esto con un proveedor de Wayne diferente local de la gasolinera y le pedimos una evaluación independiente. Su evaluación coincidió con la nuestra en cuanto a que los componentes del surtidor no se dañaron por una sobretensión, sino por desgaste normal de antigüedad. Recomendamos excluir las reparaciones propuestas del reclamo.
Si nosotros hubiéramos revisado el reclamo desde el principio, incluidos el sistema de POS y las reparaciones del surtidor, el costo total propuesto de $38,268.75 se habría reducido a $14,329.85 al eliminar las actualizaciones. Las actualizaciones y reparaciones innecesarias dieron un total de $23,938.90. Aún pudimos eliminar las reparaciones que no estaban relacionadas con la pérdida, ahorrando a la aseguradora $12,726.44.
Esta pantalla monocromática se reclamó como dañada por un rayo y el reemplazo propuesto era una pantalla a color requerida para el cumplimiento de EMV.
Una sobretensión habría quemado la placa y la pantalla habría estado en blanco. Las pantallas monocromáticas suelen durar unos 5 años antes de que las líneas se noten en la pantalla.
Esto fue por desgaste relacionado con la antigüedad y no se incluyó en el reclamo.
En 2019 se cumplieron 20 años desde que se implementaron las regulaciones de la EPA tanques de almacenamiento subterráneo (UST) para la detección de fugas y protección contra derrames. Los equipos están comenzando a fallar debido al desgaste.
Después de que se daña un surtidor y se rompen las válvulas de corte, las pruebas de línea generalmente son obligatorias para garantizar que las líneas de suministro no tengan fugas. Las facturas y las propuestas incluirán sondas de monitoreo de tanque y válvulas de detección de fugas que no estén ubicadas cerca del surtidor dañado. Se encontró que los problemas con estos artículos se debían a la pérdida; sin embargo, la mano de obra y los materiales deberían excluirse del reclamo, ya que están relacionados con el mantenimiento.
A medida que el futuro de la industria petrolera evoluciona, los tanques subterráneos que almacenan combustibles mezclados con etanol mayores al 10 % y combustibles mezclados con biodiésel mayores al 20 % deben tener partes especializadas que no se degraden con estas mezclas. Con el aumento de la demanda de fuentes de combustible alternativas, las actualizaciones de las piezas de repuesto de los UST reclamadas deberán supervisarse de cerca.
Los sistemas de monitoreo de tanques de almacenamiento subterráneos varían enormemente en cuanto a capacidades y precios. La verificación del modelo es extremadamente importante. Los costos de los materiales generalmente son similares entre un modelo y otro, pero las versiones más nuevas ofrecen actualizaciones, como la posibilidad de monitorear el sistema y generar informes desde teléfonos celulares, que pueden no haber sido parte del sistema que se tenía antes de la pérdida. El factor más importante en el reemplazo es la mano de obra relacionada con la instalación del sistema. Si hay daños en el controlador dentro de la tienda, el cableado y los equipos en el tanque no deberían reemplazarse, con la excepción de una pérdida por incendio. El conocimiento de los componentes del sistema de monitoreo de tanques es clave para determinar si todo el sistema requiere reemplazo o solo partes de ese sistema. Los artículos de mantenimiento de rutina deben excluirse de la pérdida.
Una estación presenta un reclamo porque los drenajes de los tanques de almacenamiento subterráneos fueron objeto de vandalismo, lo que ocasionó que el agua ingresara a los tanques y el combustible quedara inutilizable. El asegurado declaró que las válvulas de protección contra derrames se habían dañado.
La evaluación determinó que las válvulas de derrame eran las originales del sistema y no se les hacía mantenimiento con regularidad. La válvula estaba atascada en la posición abierta. El área de relleno estaba más abajo que el resto del estacionamiento y los desagües pluviales estaban obstruidos, lo que permitía que el agua se acumulara sobre el área y luego ingresara al tanque.
El reemplazo de la válvula correspondía a un mantenimiento de rutina y se excluyó de la pérdida. Los términos de la póliza excluían el bombeo y la limpieza de los tanques. Solo el combustible "dañado" fue recuperable.
California es el único estado que desafía casi todas las generalizaciones que pueden hacerse para reclamos de gasolineras. En todos los demás estados, la compañía que suministra el surtidor es generalmente la misma compañía que lo instala. Las propuestas en California generalmente provienen de dos compañías separadas. Hay instaladores de petróleo, pero la mayoría de las propuestas provienen de empresas de ingeniería y posiblemente incluyen costos que no son necesarios, es decir, planos de ingeniería. Si un surtidor recibe un golpe en California, es imperativo que se reemplace por un surtidor de igual tipo y calidad.
En otros estados, ciertas reparaciones nunca se considerarían porque no son rentables. Sin embargo, en California, $9,000 por la reparación de un surtidor con un valor efectivo real de $2,000 puede evitar las actualizaciones necesarias en todo el sistema de combustible de la gasolinera, que generalmente exceden los $175,000 debido a los sistemas de recuperación de vapor.
Las regulaciones ambientales en California son estrictas. Se requieren pruebas y permisos para cualquier reemplazo de surtidor. Los instaladores frecuentemente presupuestan incorrectamente las tarifas de los permisos porque usan la ciudad o condado incorrecto. Los permisos pueden oscilar entre $75 y $1,500. Todas las gasolineras deben tener sistemas de recuperación de vapor que utilicen aspiradoras de vapor o recuperación de vapor equilibrada. En muchos casos, la aspiradora de vapor puede moverse del surtidor dañado al nuevo surtidor, ahorrando miles de dólares por un surtidor dañado.
Los costos de reclamos de California a menudo exceden el promedio nacional en al menos $5,000; sin embargo, revisar de forma meticulosa de las propuestas, verificar los aranceles de permisos y determinar si el dispensador es de igual tipo y calidad pueden garantizar que los montos de liquidación sean precisos.
Un RV daña la cenefa, el marco y las boquillas en un surtidor de Tokheim discontinuado en un área remota de la costa norte de California. Para reemplazar el surtidor dañado por un nuevo surtidor de una marca diferente, toda la estación requeriría actualizaciones de los surtidores, POS y UST, además de agregar un sistema de recuperación de vapor para cumplir con las leyes de California, por un costo estimado de $278,320. No todo esto fue cubierto por la póliza.
Pudimos obtener una cotización para reparar el surtidor, el cableado y las válvulas debajo del surtidor por un total de $27,236. Aunque esto excedió el valor efectivo real para el surtidor, fue la manera más rentable de restaurar la gasolinera a la condición previa a la pérdida.
Se evitaron las actualizaciones debidas al cumplimiento de la normativa en California, ahorrando tanto al propietario de la estación como a la aseguradora un total de $251,084.
La industria de las gasolineras ha pasado de las gasolineras completas a los surtidores de pago en la bomba, donde usted puede ver las noticias mientras recarga combustible. Los cambios en la industria de las gasolineras desde finales de la década de 1940 han traído conveniencia y ahorro de costos para los clientes, así como la seguridad ambiental para la población en general. Con estos cambios, se necesitan equipos y tecnología nueva y actualizada. El cumplimiento de EMV para la seguridad del consumidor, junto con los sistemas de estaciones de combustible antiguos, ha provocado un frenesí en la industria del petróleo en un intento por cumplir con los plazos de cumplimiento.
Es necesaria una evaluación cuidadosa de cada reclamo de la gasolinera. Ya no basta con la revisión de las cotizaciones, las propuestas y las facturas de los precios. Con el costo minorista promedio de $29,370 por surtidor para actualizar una estación con el fin de que cumpla con los requisitos de EMV, la base para cada revisión debe ser la verificación de que los equipos de reemplazo sean del tipo y la calidad más cercanos. Presentar propuestas con actualizaciones es ahora la norma, en lugar de la excepción.
El costo promedio de las actualizaciones por reclamo se ha más que duplicado de 2016 a 2017. Unas buenas fotos de los daños pueden evitar el reemplazo de equipos reparables y ayudar a correlacionar las piezas necesarias para las reparaciones que tienen que ver con las pérdidas frente a las reparaciones relacionadas con el mantenimiento de rutina. Hasta que el cumplimiento de EMV se haya integrado completamente en la industria de las gasolineras, las aseguradoras deben hacer las preguntas correctas y confiar en los expertos en equipos para que ayuden con las evaluaciones, a fin de garantizar que los reclamos no se resuelvan por un precio mayor al que deberían y, más ampliamente, recurrir a contadores forenses para analizar las pérdidas de ingresos del negocio de las gasolineras.
Queremos agradecer a Joe Wagner y Shawn Bowers por aportar sus conocimientos y experiencia, que fueron de gran ayuda para esta investigación.
Joseph C. Wagner es vicepresidente sénior y líder regional en la práctica de Consultoría de Equipos de J.S. Held. Es consultor de equipos comerciales, principalmente para la industria de seguros. La experiencia de Joseph incluye maquinaria industrial, carpintería, centros de colisión, ciencia forestal y molinos, instalaciones médicas, refrigeración comercial, aviarios y plantas de procesamiento de huevos, hoteles y complejos turísticos. Posee un sólido conjunto de habilidades, que incluyen administración de proyectos, estimaciones, evaluación de disposición y recomendaciones de recuperación. Tiene experiencia con grandes pérdidas catastróficas y ha trabajado en una variedad de reclamos debido a incendios, inundaciones, huracanes y tornados.
Puede contactarse con Joe escribiendo a [email protected] o llamando al +1 330 278 0257.
Shawn Bowers es vicepresidente adjunto en la práctica de Consultoría de Equipos de J.S. Held, y brinda consultoría tanto a nivel nacional como internacional. Se especializa en evaluación de daños, viabilidad de reparación o reemplazo, análisis/estimación de reemplazos equiparables, estimados del valor efectivo real, resolución del impacto de producción y evaluación de reclamos. Shawn ha evaluado una amplia variedad de equipos y sistemas, entre los que se cuentan equipos de lavado en seco/lavanderías comerciales, aserraderos/fabricación con madera, hornos comerciales, fábricas/industrias, sistemas de lavado de autos, componentes médicos/dentales, minería/equipos de obra y otros equipamientos especializados. Sus áreas de especialización son maquinarias industriales, sistemas mecánicos, procesamiento de alimentos, fabricación y equipos de lavendería.
Puede contactarse con Shawn escribiendo a [email protected] o llamando al +1 330 278 0258.