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LEER MÁSVarios incendios devastadores en los últimos años han puesto de relieve la seguridad y la calidad de los edificios en el Reino Unido. Después del desastre de la Torre Grenfell, en 2018, Dame Judith Hackitt, la expresidenta del Ejecutivo de Salud y Seguridad, desafió a la industria de la construcción a implementar un "cambio cultural".
El informe de Dame Hackitt postuló seis grandes áreas candidatas al cambio, entre las que se destacan priorizar la seguridad de las personas a lo largo de toda la vida útil de un edificio, mejorar los niveles de aptitud en la profesión del diseño y en la industria de los edificios, cumplir correctamente las regulaciones, y garantizar que la regulación y las directrices se basen en los riesgos. Dame Hackitt desafió a la industria de la construcción a cambiar su cultura para alcanzar estas metas y garantizar el objetivo máximo de construir edificios seguros. La pregunta que hay que contestar para esto es: ¿La mejora de las regulaciones es suficiente para lograr este objetivo máximo o la industria de la construcción debe instituir también un verdadero cambio cultural dentro de un contexto regulatorio más robusto para lograr el objetivo?
Este artículo analizará la legislación reciente diseñada para mejorar la seguridad de los edificios y la seguridad contra incendios, pero también aseverará que se necesita un cambio cultural y que este debe provenir no solo de una mejora del régimen regulatorio, sino de una utilización más eficaz de los mecanismos disponibles en los contratos de diseño y construcción.
La Ley de Seguridad contra Incendios 2021 y la Ley de Seguridad de Edificios 2022 provocarán cambios generalizados en la industria de la construcción e impondrán nuevas obligaciones regulatorias a los arquitectos. Esto incluye darle nuevos poderes a la Junta de Registro de Arquitectos para garantizar que estos continúen su desarrollo profesional a lo largo de toda su carrera, así como la capacidad de incluir cuestiones disciplinarias en el registro correspondiente. La Ley de Seguridad de Edificios modifica la Ley de Arquitectos de 1997, lo que le otorga a la Junta el poder de monitorear y evaluar la aptitud de los arquitectos, y también estipula que esta establezca un nuevo comité de apelaciones.
Para lograr un cambio cultural, hay que ocuparse exitosamente del marco regulatorio para tratar áreas clave de proyectos de alto riesgo. Algunas de estas áreas clave incluyen soluciones efectivas para medios de escape en los edificios, la magnitud de la diseminación del fuego en las paredes externas, compartimentación para ciertos tipos de edificios, y un régimen de pruebas más transparente y efectivo.
Asimismo, las obligaciones de inspección, la mano de obra en el lugar, la solidez de la información y las especificaciones sobre la construcción son todos factores que juegan un papel importante en el cambio cultural. Dame Hackitt argumentó que las sanciones por incumplir las regulaciones deben ser más duras y que las obligaciones y responsabilidades deben delegarse al cliente, al diseñador principal y al contratista principal. La Ley de Seguridad de Edificios refleja estas propuestas; no obstante, resta saber lo fundamental: cómo se aplicarán esas obligaciones en la práctica.
El contexto actual de la industria de la construcción por el cual se han reducido los roles y responsabilidades del arquitecto (y los consultores), combinado con la creciente adopción de métodos de compra dirigidos por contratistas y la delegación del diseño, han derivado en la disminución de la calidad, lo que, consiguientemente, afectó la seguridad de los edificios.
Con el aumento de los contratos de diseño y construcción y la ingeniería de valor, hay numerosos ejemplos en los que se hicieron cambios no controlados y no documentados al diseño original, lo que a menudo tuvo como resultado una mala calidad. La gestión de la calidad debería mejorarse evaluando todo el proceso de diseño, así como la construcción, durante todo el ciclo de vida de un edificio. El concepto de seguridad de edificios debe llegar a ser una máxima prioridad de la cultura.
El Informe de Hackitt confirma claramente que los contratos de construcción son una parte importante del cambio de cultura para hacer realidad el máximo objetivo de la seguridad de los edificios. Los contratos de construcción deben utilizarse lo más posible para garantizar que se implementen los requisitos de seguridad y calidad. Asimismo, estos contratos deben definir de forma clara y sin ambigüedades los roles delegados y quiénes están a cargo de las responsabilidades enumeradas. Los contratos de construcción deben quedar por escrito para impedir una sobredependencia al delegar en el subcontratista los riesgos técnicos y contractuales, lo que puede llevar (y ha llevado) a resultados de mala calidad. Los contratos de construcción también deben identificar específicamente los requisitos de seguridad en edificios de mayor riesgo. Deben delinearse claramente las inspecciones efectivas que estarán a cargo de terceros, así como los mecanismos de calidad; esto no puede ser simplemente algo que se deje para después, como suele suceder con demasiada frecuencia.
La aptitud también es un fuerte propulsor del cambio de cultura. La industria de la construcción debe establecer un régimen para primero demostrar, y luego monitorear, la aptitud. Los profesionales de la construcción deben ser más conscientes de su responsabilidad de monitorear aspectos clave relacionados con la seguridad contra incendios y de los edificios, y de garantizar que se implemente un programa adecuado de control y aseguramiento de la calidad desde el inicio de los procesos de diseño y construcción, para luego implementar dichos procesos. Los organismos profesionales están realizando un escrutinio más profundo de la aptitud y la solidez de sus miembros. Esto incluye la publicación de las pautas de competencia para el diseño de medidas de seguridad y contra incendios de la Junta de Registro de Arquitectos (publicada en marzo de 2021) y la prueba de seguridad e higiene obligatoria del Instituto Real de Arquitectos Británicos.
La profesión de la arquitectura está a la vanguardia del movimiento para lograr el cambio de cultura y las mejoras regulatorias propuestas. A menudo, los arquitectos participan del diseño de proyectos complejos de alto riesgo, incluidos aquellos que tienen subsuelos grandes, fachadas complejas y sistemas de revestimiento. Entre las responsabilidades de un arquitecto, suele estar la coordinación de elementos cada vez más complejos en los edificios, incluidos sistemas de seguridad, agua, ventilación, seguridad contra incendios y acústica. Sin embargo, y sin perjuicio del marco actual, ¿la profesión de la arquitectura debería dar mayor prioridad a garantizar que el diseño de elementos de mayor riesgo (como subsuelos y revestimientos) tengan a la seguridad como una de sus características principales?
Para lograr un cambio de cultura, hay que considerar la seguridad y las medidas contra incendios de una forma holística, tanto desde el punto de vista de la arquitectura como de la industria de la construcción.
El cambio cultural implica un desafío y solo puede hacerse realidad abordando la totalidad de los procesos que se producen en el corazón del diseño y la construcción a lo largo de todo el ciclo de vida de un edificio. La utilización de contratos de diseño y construcción en ese proceso es una parte fundamental de cualquier modificación que pueda provocar dicho cambio. La solución al desafío es la combinación de un régimen regulatorio fuerte con contratos de diseño y construcción claros que brinden mecanismos adecuados para calidad, inspección, rendición de cuentas y ejecución de la ley.
Queremos agradecerle a Matt Cousins por sus reflexiones y opiniones especializadas que ayudaron muchísimo en esta investigación.
Matt Cousins es arquitecto colegiado ante el Instituto Real de Arquitectos Británicos, arquitecto forense y perito de Sense Studio, parte de la práctica de Servicios de Asesoría en Construcción de J.S. Held. Tiene 20 años de experiencia trabajando para firmas de arquitectura en Londres en proyectos complejos, tales como escuelas, proyectos comerciales, hoteles y edificios del gobierno. Ha trabajado en varios casos para Sense Studio, incluida la investigación de defectos de construcción, y es el autor de Architect's Legal Pocket Book.
Puede comunicarse con Matt escribiendo a [email protected] o llamando al + 44(0)20 7438 1550.
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