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Derechos humanos: una nueva hoja de ruta para los negocios globales

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Introducción

Hoja de ruta 10+ para UNGP, para la siguiente década de negocios y derechos humanos

El Consejo de Derechos Humanos de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (UNGP) celebró su décimo aniversario en 2021. Actualmente, para evaluar la implementación de UNGP hasta la fecha y fijar un rumbo para la próxima década, en noviembre de 2021 el grupo de trabajo de la ONU (UNGP) sobre negocios y derechos humanos lanzó el proyecto 10+ para UNGP y trazó la hoja de ruta 10+ para UNGP, para la siguiente década de negocios y derechos humanos. [1]

La hoja de ruta aborda ocho esferas de acción que deben tomar las naciones y las empresas, así como las partes interesadas. Una de las esferas de acción consiste en que la comunidad empresarial respete los derechos humanos como elemento fundamental que generará estrategias de desarrollo sustentables. El objetivo es crear prácticas que permitan "lograr resultados tangibles para las personas y comunidades afectadas", y también contribuir a una "globalización sustentable socialmente". En países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Australia, se están reforzando las leyes de derechos humanos y debida diligencia ambiental, además de otras leyes orientadas a los derechos humanos. Los desarrollos legislativos y regulatorios de estos países se alinean por completo con las metas declaradas por los UNGP.

Entonces, ¿qué pueden hacer las empresas para satisfacer estas expectativas de derechos humanos y trabajar para obtener resultados tangibles a lo largo de la próxima década? Este artículo analiza algunos de los pasos importantes que deberían tomarse.

Diligencia debida de la OCDE

Para implementar con éxito los planes de UNGP, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha emitido la guía de diligencia debida de la OCDE para una conducta empresarial responsable, que recomienda lo siguiente [2]:

  • Integrar la conducta empresarial responsable en las políticas y los sistemas de gestión.
  • Identificar y evaluar los efectos adversos en las operaciones de la empresa, las cadenas de suministro y las relaciones comerciales.
  • Detener, prevenir o mitigar los efectos adversos.
  • Hacer un seguimiento de la implementación y los resultados.
  • Comunicar cómo se abordan los impactos.
  • Prever o cooperar para la recuperación de efectos adversos.

Integración de objetivos de sustentabilidad en las políticas

La primera área que debe considerarse es integrar objetivos de sustentabilidad en políticas y sistemas de gestión, y comprometerse a cumplir valores de medioambiente, gobierno y sociales (ESG). Esto requiere comprender dónde se ubica la preservación de los derechos humanos en los objetivos y propósitos generales de una empresa. Si bien una empresa por sí sola no puede erradicar este problema por completo, puede enfocarse en comprender dónde existe la cadena de valor, dónde asume la responsabilidad del impacto que sus operaciones tienen en la sociedad y dónde puede hacer un aporte significativo para lograr un cambio efectivo.

Trazado de la cadena de suministro

Para integrar metas de sustentabilidad, es necesario comprender toda la jurisdicción operativa de una organización, que comienza con la cadena de suministro. Mantener la transparencia es un desafío importante, especialmente si se considera la complejidad de las cadenas de suministro que operan en múltiples jurisdicciones y economías. En consecuencia, las empresas a menudo se centran en trabajar con sus proveedores de nivel 1 para ayudar a trazar los niveles inferiores de su cadena de suministro. Si bien esto puede brindar un fundamento para el análisis, actualmente se espera que las compañías sean responsables de identificar, prevenir y abordar riesgos más allá del nivel 1.

Para llegar a esos niveles inferiores, los cuestionarios pueden servir de punto de partida. No obstante, dada la cantidad de proveedores y la complejidad de los componentes, de las materias primas y del capital humano, una empresa deberá priorizar a los proveedores de alto riesgo. Este proceso requiere examinar el riesgo según distintos factores, como país, tipo de materia prima, número de empleados, atributos de los empleados, volumen y frecuencia de suministros, categoría de proveedores de riesgo y accionistas.

Un estudio muestra que el 97 % de las empresas consideran que el riesgo de reputación generado por el abuso de trabajadores en la cadena de suministro o las operaciones de la empresa es el mayor factor de motivación para tomar medidas en cuestiones de derechos humanos. [3]

El riesgo de reputación surge a menudo de percepciones creadas por medios tradicionales o redes sociales, y particularmente de organizaciones no gubernamentales (ONG) que están monitoreando estas cuestiones y cuyo rol es generar consciencia y llamados a la acción para abordar preocupaciones sociales. Las ONG pueden ser extremadamente influyentes para generar consciencia pública respecto de una cuestión que brinde información a inversores, financistas, consumidores y socios comerciales, quienes, a su vez, evaluarán la reputación de la empresa según la información que están recibiendo. Cuanto más alineada con el bienestar social afirme estar una empresa, más controlada será en cuanto a la implementación activa de sus declaraciones. Por lo tanto, la capacidad de responder a las críticas de una ONG es un factor importante por considerar en empresas expuestas a un mayor riesgo social.

Si surgen cuestiones, las empresas primero deberán investigar las acusaciones que se hacen para evaluar la validez y el alcance del problema. Comprender a la ONG en sí también es importante… qué tipo de organización es, de dónde provienen sus fondos, qué tipo de contactos o influencia tiene, qué tácticas usa y una evaluación del posible impacto. A continuación, las empresas deben determinar una estrategia de respuesta basada en la información que se haya recopilado. Con el fin de evaluar aún más el riesgo de su reputación, es posible que las empresas necesiten implementar actividades para el monitoreo de proyectos de forma de garantizar que no se intensifiquen los problemas.

Si bien algunas ONG tienen la intención de generar vergüenza pública, la mayoría comprende que debe cooperar con las corporaciones para lograr cambios efectivos. Por lo tanto, las empresas no necesariamente deben considerar como enemigas a las ONG, sino como posibles colaboradoras. Hay muchos ejemplos de iniciativas colaborativas que han tenido éxito al enfocarse en el cambio social y ayudar a las empresas con acciones correctivas.

Debida diligencia en materia de Derechos Humanos

Realizar la diligencia debida de derechos humanos requiere un enfoque basado en riesgos y, donde sea necesario, se deben poder responder las siguientes preguntas:

  • ¿Con quiénes estamos haciendo negocios? ¿Cómo operan y cuáles son sus actividades?
  • ¿Quién controla sus operaciones? ¿Para quién más trabajan? ¿De dónde proviene su personal?
  • ¿Cuáles son sus prácticas de contratación? ¿Cómo tratan a su personal? ¿Cómo garantizan el cumplimiento?
  • ¿Respetan las regulaciones locales? ¿Han tenido problemas anteriores?
  • ¿Están vinculados con cuestiones laborales o de derechos humanos? ¿Existen sindicatos locales? ¿Existen organismos de la industria local u ONG que los conozcan? ¿Cómo son vistos en la comunidad?

Esta información, a menudo, no es de dominio público y puede ser difícil de recopilar y verificar mediante cuestionarios y entrevistas directas. Esto es aún más significativo para los proveedores de alto riesgo que operan en países donde la información es vaga, poco confiable o inexistente. Para estas empresas, es importante abordar las preguntas anteriores a través de investigaciones de dominio público y entrevistas discretas con profesionales que sepan llevar a cabo ese tipo de investigaciones delicadas y que cuenten con recursos que conozcan las comunidades, los proveedores, sus operaciones, sus métodos de trabajo y su fuerza de trabajo. Cuando se han establecido procesos para los proveedores existentes de manera adecuada, la incorporación de proveedores nuevos debería incrementar la eficiencia en este proceso de diligencia debida de los recursos humanos.

Auditoría social

También es vital usar auditorías sociales, que consisten en evaluaciones independientes de la fuerza laboral, las condiciones de trabajo, la gestión ambiental y la ética comercial. Estas involucran visitas a proveedores y sitios de fabricación para buscar garantías por medio de entrevistas, observación, y revisión de documentos y sistemas, como contratos, recibos de sueldo y sistemas de gestión del tiempo. Las auditorías sociales pueden enfocarse en proveedores clave, en áreas en las que se considera alta la exposición al riesgo. También es efectivo combinar los resultados de las auditorías sociales con los aportes de las partes interesadas, como los trabajadores, la comunidad local, los proveedores y los contratistas.

Recuperación

A veces, se requieren acciones correctivas para abordar y posibilitar los cambios. Los casos de trabajo infantil, servidumbre por deudas y otras cuestiones relacionadas con estos pueden producirse debido a las economías de donde se obtienen los productos, donde hay una falta de acceso a estilos de vida alternativos y oportunidades educativas, además de bajos salarios. A menudo, estos son problemas profundamente arraigados, que requieren soluciones específicas. Cada situación debe abordarse de acuerdo con el entendimiento de que las compañías pueden y deben hacer cambios e identificar oportunidades para colaborar con las partes interesadas. A menudo, hay opciones de iniciativas de responsabilidad social corporativa (RSC) que pueden contribuir al cambio, como garantizar salarios justos; diferenciar productos para ofrecer políticas de establecimiento de precios según la ética en la obtención de productos; educar y concientizar a los consumidores; y acercarse a comunidades locales, grupos de pares de la industria y agencias gubernamentales locales.

Una mejor gestión de la relación con los proveedores puede generar cambios incrementales que pueden transformar la percepción y la perspectiva de todas las partes interesadas. Demostrar de manera activa los estándares a los que aspira una compañía y establecer parámetros de referencia pueden mejorar su reputación y alentar a otros participantes de la industria a colaborar y definir acciones positivas de cambio social.

Reportar

A medida que las cuestiones de ESG se tornan más importantes, a menudo, sus informes se enfocan en los datos cuantitativos que pueden configurarse y presentarse con facilidad, como reciclaje, reducción de emisiones y eficiencia energética; y los informes sobre capital humano principalmente se vinculan con los datos internos, como horas extra, cifras de diversidad y equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Aun así, el impacto social más amplio representa un mayor desafío y, a menudo, requiere aportes cualitativos y un enfoque moderno en contraposición con los datos históricos. Las compañías deben enfocarse en cómo demostrar el impacto positivo que han tenido en las comunidades y la sociedad en las que operan sus cadenas de suministro. Al hacerlo con cuidado, las empresas podrán demostrar su compromiso con las metas de ESG, así como los resultados correspondientes de sus políticas y acciones.

Conclusión

La hoja de ruta 10+ para UNGP, junto con las nuevas leyes y regulaciones de países de todo el mundo, ilustran cómo las compañías tienen cada vez más responsabilidad de proteger los derechos humanos y establecer cadenas de suministro éticas en todas sus operaciones.

En el futuro, será esencial que las empresas demuestren lo siguiente:

  • Una declaración de derechos humanos bien comunicada que incluya estipulaciones sobre la trata de personas y la esclavitud moderna.
  • Sistemas y políticas internas, y mecanismos de informes.
  • Elaborar y publicar criterios de adquisiciones sostenibles.
  • Cláusulas de RSC en los contratos.
  • Establecer protocolos de incorporación que incluyan la debida diligencia en materia de derechos humanos.
  • Establecer derechos de auditoría activos y procesos de presentación de informes.
  • Llevar a cabo programas de formación y educación para empleados, proveedores y otras partes interesadas.
  • Monitorear operaciones de alto riesgo.
  • Mantener reuniones periódicas con los accionistas.
  • Participar activamente en las comunidades y las iniciativas de la industria.
  • Establecer planes de contratación, salario justo, vivienda, alojamiento.

En resumen, existen tres áreas principales que las empresas deben considerar:

  1. Cambiar la relación con los proveedores o desarrollar una con el fin de posibilitar una mejor comprensión de sus actividades, operaciones y cualquier posible área de riesgo.
  2. Establecer un proceso efectivo de debida diligencia de derechos humanos, que implique la práctica de trazado de riesgos para identificar a los proveedores de alto riesgo.
  3. Implementar sistemas adecuados que aborden el riesgo en todo el ecosistema de la cadena de suministro.

Las compañías con intereses mundiales descubrirán que es esencial fijar políticas y procedimientos robustos de debida diligencia de derechos humanos para monitorear el riesgo en la vanguardia de sus negocios. Las que tomen la iniciativa en estas áreas gozarán de muchos beneficios: desde reducir el estrés financiero y proteger el riesgo de reputación tanto en los medios convencionales como en las redes sociales, hasta limitar su exposición a litigios y la interrupción de sus operaciones. Además, debido a la implementación de las metas 10+ para UNGP de manera anticipada, estas compañías atraerán una fuerza laboral talentosa, nuevas inversiones y otras oportunidades exclusivas.

Reconocimientos

Le agradecemos a Emmy Nagaoka por aportar su conocimiento y experiencia, que fueron de gran ayuda en esta investigación.

Emmy Nagaoka es consultora gerente de Práctica de Investigaciones Globales de J.S. Held. Administra una amplia gama de asignaciones de investigación que incluyen inteligencia empresarial, debida diligencia de investigación, investigaciones corporativas y de fraude, y otras asignaciones de consultoría de riesgos comerciales. Emmy, cuya oficina está en Tokyo, también brinda apoyo a las principales empresas extranjeras y japonesas que hacen negocios a nivel mundial, y las ayuda en disputas transfronterizas, investigaciones, litigios, y planificación y revisión de estrategias de programas de cumplimiento enfocados en antisoborno y FCPA.

Pueden contactar a Emmy por email: enagaoka@jsheld.com, o por teléfono: +81 80 3175 5674.

Referencias

[1] https://www.ohchr.org/sites/default/files/2021-12/ungps10plusroadmap.pdf

[2] http://mneguidelines.oecd.org/Guía-de-diligencia-debida-de-la-OCDE-para-la-conducta-responsable-de-las-empresas.pdf

[3] Corporate Leadership on Modern Slavery - Investigación de Hult International Business School en asociación con Ethical Trading Institute

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